En el marco del Programa ¡Vivan los Liceos Bicentenario!, se realizó entre el 2 y el 4 de octubre el III Encuentro Nacional de Liceos Bicentenario en Bahía Coique, Futrono.
Durante tres días, más de 100 directores de todo el país participaron en espacios de reflexión, diálogo y aprendizaje compartido en torno a los desafíos actuales de la educación chilena. Las jornadas abordaron la importancia del liderazgo directivo en la mejora educativa, junto con temas clave de su labor cotidiana como la gestión de la burocracia, la conducción de conversaciones difíciles, la atención a la diversidad y el desarrollo profesional docente, entre otros.
En su conferencia, Raúl Figueroa entrega una visión del sistema educativo chileno basada en tres pilares: libertad de enseñanza, derecho a la educación y diversidad de proyectos, hoy tensionados por reformas recientes. Destaca una institucionalidad robusta pero sobrerregulada, con avances en cobertura, aunque persisten déficits en educación parvularia y brechas en aprendizajes.
Entre los desafíos figuran la baja asistencia postpandemia, la violencia escolar, la inclusión, el desarrollo socioemocional y el uso pedagógico de la tecnología. Valora el rol de los Liceos Bicentenario como impulsores de calidad y equidad, e invita a recentrar el sistema en los aprendizajes, devolviendo autonomía y protagonismo a docentes y directivos.
La ponencia aborda los efectos postpandemia en la educación: aumento del abandono escolar, brechas de aprendizaje y deterioro socioemocional. Propone una enseñanza guiada por la Ciencia del Aprendizaje, que identifica tres principios clave:
Ruiz llama a los docentes a basar sus decisiones en evidencia, repensar sus prácticas y promover aprendizajes duraderos y significativos.
La presentación propone una metodología práctica para que líderes y equipos directivos fortalezcan su gestión estableciendo prioridades claras y enfocándose en lo realmente importante.
A partir de la premisa “Liderar es priorizar”, se entregan cinco pasos para mantener el foco en contextos de alta demanda:
La charla invita a los líderes educativos a evaluar su propio nivel de foco, implementar estos pasos como hábito organizacional y consolidar una gestión centrada en prioridades, colaboración y bienestar.
En su exposición Tatiana nos propone una nueva mirada a la excelencia educativa, donde la neurodiversidad se valora como una fortaleza y no como un déficit. Destaca que no existe la normalidad, y que las diferencias cognitivas enriquecen el aprendizaje, fomentan la creatividad y fortalecen la convivencia.
Plantea que el sistema actual, centrado en pruebas estandarizadas, limita talentos diversos y genera exclusión. Propone redefinir la excelencia como la capacidad de sacar lo mejor de cada estudiante, promoviendo bienestar, inclusión y pluralidad.
Los Liceos Bicentenario están llamados a liderar este cambio, integrando la neurodivergencia como motor de innovación y cumpliendo con la Ley 21.545, que garantiza una educación inclusiva.
La educación del futuro se construye con todas las mentes.
En la charla se destaca cómo el ambiente sensorial del aula influye directamente en el aprendizaje. Explica que el estado de alerta —nivel de activación del sistema nervioso— determina la atención y regulación emocional de los estudiantes.
Propone crear aulas sensorialmente amigables, ajustadas a las distintas necesidades: reducir ruidos y estímulos visuales, usar luz cálida, permitir movimiento y contar con zonas de calma.
Estas adecuaciones, posibles incluso con pocos recursos, mejoran la concentración, reducen el estrés y favorecen una educación más inclusiva para todos.