1.- Tecnología Educativa: convencidos de que las aplicaciones educativas con uso de inteligencia artificial  control parental son un medio eficaz para abordar las diferentes necesidades educativas y lograr un aprendizaje más profundo, seleccionamos dos apps para que los estudiantes trabajen semanalmente

• App Dytective: Esta aplicación ha sido desarrollada en el marco del innovador proyecto internacional Change Dyslexia, fundado por la académica Luz Rello, por la cual, ha recibido múltiples premios y reconocimientos. Ya ha llegado a más de 4000 personas en más de 130 países, y en 2023 selló una alianza para estar presente en todos los colegios públicos de Madrid, España. Aunque Dytective se creó originalmente para ayudar a las personas disléxicas, los estudiantes no disléxicos también pueden beneficiarse ayudándoles a aumentar su vocabulario, mejorar su ortografía, memoria y velocidad de lectura, reforzando su capacidad para prestar atención y centrarse en las tareas de lectura.
• Read Alonge: ayuda a los niños a aprender y desarrollar sus habilidades de lectura y fluidez de forma independiente con la ayuda de una compañera virtual de lectura A medida que los niños van leyendo en voz alta, se detecta si un estudiante tiene problemas para leer una parte del contenido o si lo está haciendo bien. Luego ofrece un refuerzo positivo, de la misma manera que lo haría un padre o un maestro. Además, de mostrar la pronunciación de las palabras e incluso oraciones.

2.- Biblioteca móvil: Este componente implica el intercambio semanal de libros y juegos lingüísticos didácticos. Los estudiantes pueden llevar a casa materiales especialmente seleccionados para ellos, lo que les permite practicar la lectura y escritura de manera divertida.

3.- Apoyo parental: Se envían mensajes y estrategias concretas, al menos dos veces por semana, a los apoderados y cuidadores para que fomenten la lectura en casa. Son tips muy sencillos y de fácil aplicación para involucrarse e incentivar el aprendizaje de los menores.

4.- Bitácora de Leo: La mascota de la fundación llamada Leo, visita por turnos los hogares de los niños que son parte del programa. Leo refuerza y motiva a los estudiantes a leer y escribir en su bitácora, donde registran las aventuras vividas.

Al final de cada semestre se analiza el impacto del programa a través de una evaluación, entregando la información al establecimiento y a la comunidad educativa.